“(…) la recompensa y el lujo más grande de viajar es, cada día, poder experimentar cosas como si fuera la primera vez, estar en una posición en la que casi nada nos es tan familiar como para darlo por sentado”. (Bill Bryson, escritor y divulgador científico)
Recientemente se hizo un estudio en el que se demuestra que hace más feliz al ser humano gastar la plata en experiencias como viajar que en cosas materiales.
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Para muchas personas gastar plata en vacaciones es innecesario o suele ser considerado como un “derroche”, esto sucede a veces, porque la plata con la que se cuenta es limitada, y muchas veces se piensa que si se gasta en algo material que dura un tiempo prolongado la felicidad va a ser mayor y por más tiempo. Pero no es así. Se considera que viajar no es un gasto, sino una inversión que nos ofrece beneficios psicológicos y físicos.
Invertir la plata en experiencias como vacaciones, paseos al aire libre nos llena de recuerdos, momentos, crecimiento personal y muchas cosas que nos quedan para siempre y que recordaremos con felicidad.
Abrir la mente
La rutina diaria nos agota. Nos levantamos temprano, desayunamos, vamos al trabajo, atravesamos densos tráficos, llegamos a la oficina, volvemos a casa y al día siguiente otra vez lo mismo. Esperamos las vacaciones de verano con ansiedad, vamos tachando los días del almanaque, y tratamos de viajar lo más lejos que se pueda.
Si hace algunos años vacacionar era un lujo para unos pocos, hoy en día se pueden descubrir hermosos destinos turísticos por muy poco dinero, y en la era de Internet se puede acceder a todo tipo de información.
El hecho de viajar nos ayuda a desconectar por un tiempo de todo lo que nos rodea cotidianamente. Cuando uno se encuentren alejado de su hogar es momento para aprovechar y depurar la mente, para expulsar pensamientos negativos y encontrarse con uno mismo. Viajar nos brinda la posibilidad de conocer gente nueva, tradiciones y gastronomía que desconocíamos. Existen destinos que son completamente distintos de la realidad a la que estamos acostumbrados.
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Beneficios físicos de viajar
Cualquiera sea el formato que elijas para tus vacaciones, generalmente te volvés mucho más activo físicamente que cuando estás en tu ritmo diario. Realizas visitas a atractivos turísticos, llevas a cabo actividades deportivas como caminar o nadar, incluso si tu plan es irte una semana a una casa con pileta o a la playa.
Los que optan por viajes relajantes pueden contar con una ruptura con el estrés habitual. Los que son más activos acumulan las visitas turísticas o las actividades día tras día y aunque se adquiere un estrés vinculado con la intensidad de la actividad, también se rompe con la clase de estrés que acompaña a las tareas cotidianas.
Beneficios ¡psicológicos! de viajar
Vacacionar nos ayuda a relajarnos y encontrarnos con nosotros mismos. En el caso de parejas y familias, un viaje es una oportunidad para encontrarse en condiciones diferentes y poder entablar conversaciones de todo tipo y a menudo más profundas, más útiles.
¡Más beneficios!
- Rompemos viejas y negativas hábitos de pensamientos.
- Nos encontramos con nosotros mismos.
- Vivimos al máximo nuestro presente.
- Activamos fortalezas psicológicas como la mente abierta o la curiosidad, claves para poder cambiar, ser felices y realizarnos en la vida
- Nos relaja y nos desactiva de nuestro estrés diario.
- Nos vuelve más tolerantes y flexibles. Con nosotros mismos, con los demás, con otras cultura.
- Aumenta las emociones positivas, incluida la poderosa ilusión de antes del viaje.
- Afianzamos relaciones. Cuando viajamos con alguien, la relación comparte muchas experiencias intensas y puede salir muy reforzada.
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