Santa María de Punilla, ahora es reconocido por el Festival Cosquín Rock, pero no todos saben que su historia e importancia viene dada por el Hospital que se ve desde ese predio. En esta nota te brindamos información de un lugar con mucha historia y leyendas, ideal para visitar en cualquier momento del año.
Un poco de historia
A principios del Siglo XX se inauguró el actual Hospital Santa María de Punilla. Creado en el año 1900, por el médico Fermín Rodríguez, funcionó como centro de atención para los enfermos de Tuberculosis de esa época. Fué el primero de Latinoamérica, y en su comienzo fué conocido como Estación Climatérica Santa María. En 1920, mejorado, se convirtió en el Hospital Nacional de Tuberculosos a donde llegaban miles de enfermos. El clima, el sol y la pureza del aire de la zona era lo que necesitaban estas personas para enfrentar diferentes afecciones. En esa época es que surgen inmensos complejos edilicios en «zonas sanas»: espacios preventivos para los más ricos y hospitales gigantes para los desafortunados en la salud.
Hoy en día, el Hospital Colonia Santa María de Punilla se erige silencioso y deslucido en medio del verde de las sierras, y en febrero, totalmente antagónico del rock que se escucha. Sólo se utiliza apenas una parte del gigantesco predio y el resto del terreno está totalmente abandonado. Dicho abandono, comenzó cuando los enfermos se fueron, pese a que el gobierno nacional adquirió el predio y lo convirtió en un sanatorio que funcionaría hasta la creación del Hospital Domingo Funes.
En 1968, se transformó en un hospital neuropsiquiátrico que durante los años más oscuros de la dictadura argentina, también funcionó como centro clandestino de detención de presos políticos y sindicalistas, es decir, un lugar totalmente terrorífico.
Leyendas y actualidad
En la actualidad una parte del hospital está destinado a la salud mental. Mientras que la otra, está ocupada por el CE.PRO.COR. (Centro de Excelencias en Productos y Procesos) lo que llena de orgullo a la localidad, ya que allí se logra calidad científica. Pero para disfrutar de este lugar, dentro de 400 hectáreas, la colonia recreativa de la provincia cumple una función social llevando jubilados de toda la provincia, discapacitados y niños en edad escolar, brindándoles pensión completa, recreación y paseos. Son varios pabellones con baterías de baños con agua caliente, calefacción, canchas de fútbol, básquet y pileta de natación, para que nadie quede fuera.
El lugar y el hospital han alimentado las leyendas en las que están insertos. En un comienzo, fue el director de cine Leopoldo Torre Nilsson quien eligió al hospital como escenario para el rodaje del filme Boquitas Pintadas, inspirado en la novela de Manuel Puig. El personaje principal, interpretado por Alfredo Alcón, se enfermaba y era internado en el Hospital colonia Santa María.
Las características del lugar, tanto edilicias como históricas y el estado de sus pabellones alimentan las historias sobrenaturales. Los vecinos de Santa María de Punilla, hablan de puertas y ventanas que se golpean solas. Sonidos de pisadas, cuando no hay nadie cerca, silbidos, gritos, voces… todo, todo para que la experiencia de visitar el lugar sea única. Y más para aquellos valientes que lo hacen de noche.
Luces extrañas por las noches recorriendo los pasillos en un lugar que carece de conexión eléctrica y apariciones fantasmales de seres que sufrieron y murieron en el lugar, es a lo que cada visitante se puede enfrentar. Inclusive pintadas y teorías de que en el lugar se llevan a cabo prácticas esotéricas, con decapitaciones de aves. Es decir, la belleza del día, por la noche se convierte en miedo y en una visita ideal para este Halloween… si se animan.
