En la tierra del buen vino, Luján de Cuyo

En la tierra del buen vino, Luján de Cuyo

Te llevamos a Luján de Cuyo, “La Tierra del Malbec”, a 18 kilómetros de la ciudad de Mendoza. Sus bodegas son un museo, más que un lugar donde se produce algo. La calidad la posee no solamente en lo que exporta, sino en lo que tiene tanto natural como hecho por el hombre. 

Antonio Molina Vasconcelos, viajando a Buenos Aires por negocios contrajo una enfermedad por lo que le pidió a la Virgen de Luján su mejoría. A cambio iría a su santuario a modo de agradecimiento. Ambos cumplieron y su fidelidad llevó a que exaltara a la Virgen en su estancia, lo que con el tiempo llevó a que en 1855 el gobierno mendocino declarara esa población como Villa de Luján, y en 1949 fue declarada ciudad, Luján de Cuyo.

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El vino, se acompaña con agua

Diques, montañas, y para el invierno aguas termales. Porque rodeado de la Cordillera de los Andes, uno de los principales atractivos de esta localidad son las Termas de Cacheuta. Las aguas del Río Mendoza y este centro termal son lo que más buscan los turistas que llegan de todas partes a esta provincia.

Belleza facial, masajes, fango terapia localizada son algunos de los servicios adicionales que no superan los $400 y que forman parte de algo tan tentador como relajante. Ideal para hacer una pausa en medio del año.

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Por las tardes podes hacer trekking por senderos de la montaña, tirolesa sobre el Río Mendoza y rapel para descender por una de las paredes de la Cordillera. Si estas actividades cansan, lo mejor es volver al baño termal que sirve para hacer frente a dolencias físicas ya que las sales se absorben rápido. Así, sirve para el sistema respiratorio, dolencias de piel, lesiones deportivas entre otras. Pero sobre todo, sirve para disfrutar mucho de la estadía.

Y las comidas, se acompañan con Malbec

Directamente del horno de barro, con la aceituna con carozo y el comino que le da un sabor fuerte al relleno, previamente hecho con carne picada, abundante cebolla y poco morrón. Señoras y señores, estamos hablando ni más ni menos que de las empanadas mendocinas. Una distinción de cada región argentina es cómo las hacen, pero acá, además de eso, es cómo se las acompaña. Ni más ni menos que con un buen Malbec.

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Este tipo de vino -este tipo de uva- es lo privilegiado de la zona. Tanto, que hasta forman parte del circuito turístico las bodegas más importantes, como las Bodegas Nieto Senetiner. La visita nos lleva hasta los recintos subterráneos donde se regula la temperatura de los vinos almacenados. El edificio con muros de adobe y techos de madera y caña, está igual que cuando se edificó en 1904. Artesanos del buen paladar, una empanada mendocina, con estos vinos y la Cordillera de fondo, es lo único que hay que mencionar para irse volando hasta Luján de Cuyo…

¡Salud!

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