Entre Tinogasta y Fiambalá, a unos 280 kilómetros de la ciudad Capital de Catamarca, la Ruta del Adobe es un trayecto de 55km., que recorre incomparables obras arquitectónicas como iglesias, viviendas y un sitio arqueológico incaico de más de 300 años de antigüedad.
A la vera de la Cordillera de los Andes, una decena de pueblitos catamarqueños conforman este corredor turístico que revela una de las técnicas más ecológicas y ancestrales de construcción: el adobe.
Un paseo imperdible para realizar con la familia, amigos y conocer más sobre la historia y la maravillosa fusión entre la naturaleza y el accionar del hombre, que sin duda alguna, embellece Catamarca.
Recorrido por la Ruta del Adobe
El paseo comienza en la Ruta Nacional Nº 60, justo a la salida de Tinogasta, que en lengua quechua significa “reunión de pueblos”, prácticamente en el límite con el vecino país de Chile.
Allí vas a toparte con Casagrande, un edificio de 1808 que funciona como complejo turístico. La segunda parada se encuentra a la salida del casco urbano, donde se erige otra antigua casona deshabitada, la cual permanece abierta al público todos los días entre las 9 y las 18 horas.
Desde Tinogasta, el camino continúa hasta El Puesto, donde se alza una Iglesia consagrada a la Virgen del Rosario.
El templo se conoce como Oratorio de los Orquera y es de carácter privado. Los techos fueron realizados con vigas de algarrobo curvado y la torre del campanario conserva una estructura circular realizada en barro.
Cinco kilómetros más adelante, se encuentra la Iglesia de Andacollo, en el paraje La Falda. Es una construcción de mediados del siglo XIX que combina paredes de adobe con molduras de cemento y cal, la cual fue dañada en parte por un movimiento sísmico.
La Ruta del Adobe continúa por la localidad catamarqueña de Anillaco, uno de los antiguos centros económicos y religiosos más importantes de la región.
Allí, está el Museo Histórico Provincial Mayorazgo, levantado en 1712 en adobe y algarrobo, y una de las piezas arquitectónicas más destacadas de todo el circuito: la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, declarada Monumento Histórico Provincial.
El siguiente destino es la localidad de Batungasta, también conocida como Watungasta o “pueblo de los grandes adivinos”, donde yacen los restos de un asentamiento aborigen, cuya antigüedad se remonta a 11 siglos de ocupación, ininterrumpida desde el año 500.
Las ruinas del Pucará se extienden a orillas del río La Troya, con viviendas y lugares de reunión. La visita recorre alrededor de 11 hectáreas y demanda al viajero aproximadamente una hora.
La «Ruta del Adobe» se completa en un día y transcurre a lo largo de 55 kilómetros de carreteras asfaltadas y caminos consolidados. El viaje se realiza mediante una excursión guiada o también de manera particular, ya sea en auto, a caballo o bicicleta.
El último destino de este mágico circuito es la ciudad de Fiambalá, ubicada a tres kilómetros del casco urbano. Uno de sus atractivos centrales es la Iglesia de San Pedro construida en 1770. Forma parte del antiguo Mayorazgo de Fiambalá y en su interior conserva óleos y una talla de madera de San Pedro Caminador, Patrono de los Viñedos, traída de Bolivia..
A un kilómetro, otra de las visitas recomendadas es la Comandancia de Armas, construida en 1745, en cuyo interior se exhiben candeleros, monturas, botellas y recetas.
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