Buenos Aires, la capital, la gran ciudad. Inmensa y frenética en el centro. Tranquila y familiera en los barrios más alejados. Las dos caras conviven de una manera que los porteños no han descifrado. Tiene mucho para ofrecer, así que si es tu primera visita priorizá según tus gustos y la cantidad de días disponibles. Lo positivo es que hay actividades interesantes para todos los bolsillos. En esta nota te describo itinerarios para 2 días en Buenos Aires y todo lo que podés hacer caminando.
El Café Tortoni es un clásico del Art Nouveau.
Primer día en la ciudad
Cuando pensamos en Buenos Aires, a la mayoría se nos representa la imagen del Obelisco como ícono rioplatense. Es un buen punto de partida siempre que empieces por ahí temprano en la mañana. Con más de 80 años, el Obelisco es el lugar donde se congregan las manifestaciones cotidianas, las protestas, los festejos futboleros y cualquier tipo de expresión callejera. Es poco habitual que algo suceda antes de las 10 de la mañana, por eso si llegas temprano no vas a tener problemas. Si te gusta caminar, tomá Diagonal Norte, la avenida que en pocas cuadras te deja en la Plaza de Mayo, mientras vas admirando los magníficos edificios estilo francés donde a principios del siglo XX se instalaron los grandes bancos, compañías aseguradoras o importantes empresas argentinas. La esquina de Diagonal Norte y Florida es una de las más hermosas de Buenos Aires con los edificios Bencich y sus cúpulas ornamentadas. Aunque la casa matriz del banco ICBC, la ex Municipalidad y el ex Banco de Uruguay -muchos de ellos diseñados por el arquitecto francés Le Monnier- compiten en belleza arquitectónica.
En la Plaza de Mayo, se puede visitar el Cabildo, uno de los pocos edificios coloniales aún en pie (entrada gratuita; cerrado los lunes). La Catedral de Buenos Aires es digna de admiración: en uno de los altares se encuentra el mausoleo del General San Martín, donde descansan sus restos. Esculturas en mármol representan a la Argentina, Chile y Perú, los 3 países que lograron la independencia gracias al General. Está custodiado por 2 granaderos y cada 2 horas se produce el cambio de guardia: de la Casa Rosada sale el jefe del escuadrón que reside allí junto a 2 granaderos que reemplazarán a los que se encuentran dentro de la iglesia. Van marchando por la calle y es una atracción para grandes y chicos. A las 17 hs se realiza el cierre del mausoleo y el retiro de los granaderos.
«El Pensador» de Rodin, una obra original del escultor francés en Buenos Aires.
Si continuas la caminata por Plaza de Mayo, vas a observar los pañuelos blancos pintados en el piso, que recuerdan las rondas que todos los jueves realizaban las Madres de Plaza de Mayo. Al fondo está la Casa Rosada que ofrece visitas gratuitas los fines de semana y la inscripción es on-line (sin inscripción no es posible la visita). No te olvides de llevar tu DNI.
¿Y ahora? ¿Para qué lado seguís? Una opción es tomar la Avenida de Mayo y caminar viendo los edificios estilo art Nouveau que la caracterizan. Es la avenida donde se instalaron los inmigrantes prósperos. Aquí están situados varios cafés famosos, como el London City; el Tortoni, exponente máximo del art Nouveau en Buenos Aires (recomendable para tomar un café); Los 36 Billares o el restaurant Asturias con una entrada escoltada por dos cariátides bellísimas.
Avenida de Mayo se abrió hace más de 100 años para facilitar el tráfico en Buenos Aires y porque desde la Casa Rosada se ve a lo lejos el Congreso. Es un símbolo de que somos una república: “el Ejecutivo se ve vigilado por el Legislativo”. Tené en cuenta chequear que la zona esté tranquila, ya que Avenida de Mayo al ser una vía directa entre el Congreso y la Casa Rosada, también concentra manifestaciones, piquetes y reclamos. Antes de llegar al destino -el Congreso- detenete en la escultura del francés Auguste Rodin: “El Pensador”, famosa en el mundo y que fue adquirida por la Municipalidad de Buenos Aires al mismísimo artista. ¿Un dato? Para ver la misma obra en París tenés que visitar el Museo Rodin y pagar 25 euros. ¡BA te lo ofrece a cambio de nada, así que disfrutalo! Enseguida vas a ver la fachada impresionante del Congreso, te va a deslumbrar.
¡La fachada del Congreso Nacional es majestuosa!
¿Qué tal descansar un poco, comer algo rico para reponer energías? La Parrilla “El Gaucho” sobre la tradicional peatonal Lavalle ofrece menús excelentes, todo fresco y rico. Un bife jugoso con unas buenas fritas y algún vinito te van a dejar muy contento. Además, ofrece excelente atención y precios imbatibles.
¿Qué hacer en el segundo día?
Para tu segundo día en la capital, te recomiendo que visites un clásico: el cementerio de la Recoleta. Suena fuerte visitar un cementerio, ¿no? Es un lugar que además de bóvedas de presidentes, políticos y notables argentinos, guarda esculturas y simbolismo tan significativos que vienen turistas de todas partes del mundo a conocerlo. ¿Sabías que la bóveda de Eva Perón es la tercera más visitada en el mundo? Hay guías que hacen recorridos gratuitos o podés ir por tu cuenta. No se permite el ingreso con mochilas o bultos.
En el cementerio de la Recoleta, mi bóveda preferida es la Dorrego Ortiz Basualdo, ¡es magnífica!
Pegada al cementerio está la Basílica del Pilar, la segunda iglesia más antigua de BA (año 1732): todos los altares conservan un estilo similar barroco y rococó, con imágenes populares como la Virgen de Luján. Es una iglesia muy concurrida, por lo cual hay que tener respeto y no entrar durante el horario de misas.
Si ya estás con hambre, un clásico de BA está el bar La Biela, a metros de la iglesia. ¡El chocolate con churros es imperdible! A la tarde podes visitar el Museo Nacional de Bellas Artes (lunes cerrado) con entrada gratuita. Hay obras de artistas nacionales y extranjeros y no hay otro museo igual en América Latina. Otra opción es caminar por la Avenida del Libertador o por la Avenida Figueroa Alcorta, que entre ellas alojan plazas y espacios verdes para descansar y disfrutar. Sobre Figueroa Alcorta está la Facultad de Derecho y a su izquierda la descomunal escultura de metal “Floralis Generica”. Todo esto es apenas el comienzo de una visita a nuestra querida capital.
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