Villa Gesell no solo es verano, playa y noche. Sino que es historia y respeto por la diversidad cultural. Es por eso que en esta nota hablaremos de ello.
Festejo particular y necesario
Año a año, octubre es la excusa para volver a Villa Gesell. Por una razón que vale la pena y es la Fiesta Nacional de la Diversidad Cultural, que en este año tendrá su edición N°36.
Esta fiesta fue conocida, por mucho tiempo, como el «Día de la Raza en el Mar». Las paellas gigantes fue una postal en sí misma, que le dio repercusión nacional. Hoy en día lleva un ombre mucho más lindo e importante y es el de «Un Encuentro de Culturas – Semana de la Diversidad Cultural», para que el feriado del 12 de octubre sea tenido en cuenta con lo que realmente debe.
Nacida a raíz de la iniciativa vecinos de origen español, quienes quisieron vincularse con su país natal, del cual se fueron por varias razones. Es así, que en 1967 comenzó esta tradición, bajo el nombre de día de la Hispanidad, con una gran paella para todos los presentes. Algo que sigue hasta el día de hoy, como una marca registrada del evento. En la actualidad, lleva el nombre de “Gran Paella de la Amistad”, y tiene seis metros de largo y es consumida por 1200 comensales aproximadamente. Para prepararla hay que contar con 120 kilos de arroz, 33 litros de aceite, 275 kilos de mariscos y 140 pollos, además de verduras y especias diversas. La dirección de todo el proceso, está a cargo de la familia Cortés desde hace 30 años y la ayuda de los vecinos de la zona.
Que sea tan grande indica que la fiesta creció tanto, que comenzó a llegar público de todo el país, no solo por el aroma de la paella sino por la importancia del festejo. A esto se le sumaron varias colectividades, como la italiana que también quería mostrar sus costumbres y gastronomía. En 1981 la Municipalidad de Villa Gesell la declaró de Interés Municipal.
En la actualidad
Hoy en día la fiesta se sigue llevando a cabo, para festejar la existencia y convivencia de diversos grupos étnicos en el área local y auspiciar un encuentro a nivel nacional. Que es en definitiva lo que pasa en cada verano, cuando sus playas se ven repletas de personas. Pero la importancia es que como sociedad se ha avanzado y el festejo ahora tiene razón de ser, no por la «raza» sino por la diversidad cultural.
Así, Villa Gesell se llena de stands de cada colectividad, donde se pueden degustar los platos típicos de cada región del mundo. Además de espectáculos musicales (diversas bandas de rock, pop, soul, folklore y tango ya han pasado) y varias actividades culturales, que hacen que sean miles los que se llegan hasta la Villa.
Además se elige a la “Reina de la Diversidad Cultural”, con una importante participación de postulantes de la región. Danzas, desfiles de los “Cabezudos”, y de las colectividades, fogones y varias actividades acuáticas completan el panorama que brinda la festividad.
Para el cierre, playa, balneario, fuegos artificiales para iluminar las costas y la ciudad. Y la promesa de volver cuando nuevamete se festeje el hecho de convivir, seas de la cultura que seas.
