Buenos Aires es una ciudad tan hermosa como misteriosa. Sólo basta poder hacer paseos temáticos guiados o por tu cuenta para adentrarte en la tenebrosa capital. A continuación, algunas historias porteñas que te van a dar miedo pero que nos van a atrapar con muchísima intriga durante este Halloween.
Mujer Asesina
Entre los lugares que se visitan para aquellos amantes de lo oscuro, el departamento de Yiya Murano es toda una atracción. En la calle México 1177, en el departamento 21 del sexto piso, se hizo famosa la envenenadora de Monserrat. En la cocina del lugar se «cocinaba la muerte» allá por 1979, ya que de ahí salieron las galletitas con cianuro con la que la dueña de casa invitó a sus amigas Chicha, Zulema y Nilda cuando tomaban el té y las envenenó por problemas de dinero.
Otra historia está en la zona del Parque Lezama donde varias personas cruzan el parque a oscuras y dicen que aparecen sombras. «La gente dice que el fantasma de Juan de Osorio, uno de los lugartenientes de Mendoza, aparece en el parque porque murió de una forma injusta», dice brevemente Alejandra.
Fantasmas con pasiones
En el Barrio de La Boca se encuentra La Torre de los Duendes. Hasta el día de hoy, los vecinos oyen pasos y se pierden objetos en los lugares cercanos. Los culpables, dicen, son unos duendes o «follets» que surgieron de plantas que la dueña del lugar plantó. Wenceslao Villafañe 385 es la dirección del lugar, y si bien la historia es de mucha fantasía, no lo es lo que escuchan los vecinos, y mucho menos la muerte de Clementina, una artista que vivió allí se suicidó tirandose por una ventana.
Ya que seguimos en La Boca, hay que llegarse a un lugar donde la figura de un fantasma no es para nada familiar, salvo cuando las luces se apagan. Estamos hablando de La Bombonera. La Cancha del Club Atlético Boca Juniors no guarda solamente gloria sino muchas historias sin explicaciones.
Son varios los empleados de seguridad que han renunciado, siempre al dejar el turno nocturno. Apariciones del utilero Tarija Gutiérrez, un hombre en la tribuna, que piensan que se quedó luego de los partidos y al acercarse desaparece o pelotas que rebotan en la cancha de básquet en la madrugada, son sólo algunas de las cosas que se han sabido y se cuentan. Algunos cuentan que son fantasmas de hinchas que al morir pidieron esparcir sus cenizas en el estadio.
Crimen pasional
En el barrio de Barracas, en Isabel La Católica entre Pinzón y Brandsen, nos encontramos con la Iglesia de Santa Felicitas. Esta fue construida en honor a Felicitas Guerrero, que es la protagoista de la leyenda más conocida de por los porteños.
Felicitas se casó en 1862 cuando tenía 16 años con Manuel de Álzaga, mucho mayor a ella y con mucho dinero. A sus 24 años, muere su hijo y luego queda viuda. Enrique Ocampo, fue uno de los tantos pretendientes que se acercó por su belleza y fortuna. Pero ella se enamoró del estanciero Samuel Saénz Valiente, por lo que Ocampo le disparó dos veces en el pecho. Es hasta el día de hoy, en cada 30 de enero, fecha de la muerte que aparece su fantasma ensangrentado en su torso vagando errante hasta el amanecer.
Historias hay por doquier. Pero lugares para disfrutarlas y poder estar en el lugar de los hechos, uno solo: Buenos Aires.
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