Estamos en plena época de festivales y se acerca el mejor de todos que se lleva a cabo en Cosquín. Pero no venimos a hablar del Festival Nacional de Folklore, sino de la ciudad que lo va a cobijar.
La historia
Al pie del Cerro Pan de Azúcar y a la vera del río homónimo, se levanta Cosquín. Tan conocida por ser la Capital Nacional del Folklore pero además por su hermosura en las calles y al levantar la vista, cuando lo que se ve es naturaleza pura en el verde que se erige.
Fundada en 1876, desde 1939 es la primera villa del Valle de Punilla que se convirtió en ciudad. Siempre estuvo ligada al tratamiento beneficioso para efermedades pulmonares, gracias a su clima benévolo. Por eso desde la década del ’60, la música, el folklore encontraron su lugar y con ellos miles y miles que año a año han sabido disfrutar de esta parte del país.
Es así que la Plaza Próspero Molina se convirtió en el epicentro de la movida cultural del lugar. En su escenario han pasado y hasta debutado artistas de la talla de Mercedes Sosa, León Gieco, Jorge Cafrune, Atahualpa Yupanqui entre tantísimos otros … este último le da el nombre al escenario mayor.
Cada noche de música inicia con las campanadas desde la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, que está bien al frente de la Plaza y fue construida entre 1882 y 1884. En el interior se destaca una pila bautismal que fue tallada en piedra sapo por los nativos del lugar.
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Para pasar el verano de la mejor manera
En Cosquín lo cultural tiene mucha importancia. Así lo demuestran las Ferias de Artesanos y de Libros en la Plaza San Martín. Pero el relax también puede vivirse ahí nomás del centro, en el Balneario La Toma.
Sobre los márgenes del río Cosquín en un largo de 14 kilómetros, los balnearios se juntan para poder disfrutar del agua. El de La Toma es de los más tradicionales, con aguas claras, arena gruesa y todos los servicios para no tener que moverse… Más que para chapotear.
Para los que les guste el contacto con la naturaleza y más con un emblema de Córdoba, el Cerro Pan de Azúcar es el lugar a visitar. 1.290 metros de altura, posee una cruz de hierro de 14 metros y un monumento a Carlos Gardel para que no falte nada de nada. Porque la música acá vive. Porque la vida se disfruta más en Cosquín.
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