El avistaje de ballenas en Puerto Madryn es una de las mejores opciones para estas vacaciones de invierno. No solamente porque es algo que no se ve muy seguido, sino porque es único.
Siempre que el sur aparezca como tu destino para conocer, Puerto Madryn se destacará entre las atracciones turísticas de la Patagonia. El avistamiento de ballenas es la primera opción entre las actividades de contacto con la naturaleza que ofrece variedad de lugares y emociones.
En Chubut, esta ciudad se erige como uno de los lugares que cada vez más, los viajeros eligen. Sobre todo durante la mitad del año cuando llegan las ballenas, para luego aparearse y en los meses de septiembre y octubre regalarnos el nacimiento de sus crías, que tienen cada tres años.
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Siguiendo la ruta de las ballenas
Los cetáceos completan este lugar tan hermoso, como el trato de su gente. Estamos hablando de Chubut en época invernal, um lugar que dista de Buenos Aires a 1,304 kilómetros, de Córdoba a unos 1.383, y por ejemplo de Las Grutas -otro lugar emblemático para el turismo de la región- a unos 263 kilómetros. ¿Y por qué te comentamos esto? Porque realmente viajar hasta allá, sea desde donde sea, vale la pena. Porque todos aquellos que han ido, siempre vuelven y es lo que primero nos dicen de su estadía en la Patagonia.
En Puerto Madryn, la ballena franca austral es la que se destaca. La vedette del lugar, se puede mover tranquila con sus 17 metros de largo de promedio, por el Área Natural Protegida Península de Valdés con 35 kilómetros de márgenes, donde también se ubica la localidad de Puerto Pirámides. Allí es donde el avistaje de ballenas se convirtió desde hace mucho tiempo en la mayor atracción de esta zona. Dicha actividad puede realizarse en barcos o desde El Doradillo, que es otra área protegida muy cerca de nuestro destino.
Salto triunfal
Desde hace años que los grupos ecologistas se encargan de que estos ejemplares puedan estar con la mayor comodidad en las costas patagónicas. A modo de agradecimiento, este show que dan frente a los conmovidos observadores, se compone de acercamientos a las embarcaciones o dando saltos, que a veces llegan hasta diez seguidos logrando el momento cumbre y más emocionante de esta aventura natural.
Pero si todo esto no te termina de convencer, tenes que saber que en la temporada alta (que comienza en septiembre), también son altos los precios. Además el avistaje no es tan “íntimo” por decirlo de alguna manera. Los precios rondan entre los $650 para mayores y $350 para menores, con la chance de que aumenten un poquito más durante esta temporada baja.
El recorrido, navegando el Golfo Nuevo, es un mundo nuevo –valga la redundancia- para aquellos que se quedan atraídos de por vida, por esta maravilla. ¿Qué esperas para aprovechar esta oportunidad?
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